La joyería ha sido, desde tiempos inmemoriales, un reflejo de la personalidad y el estilo de quien la lleva. Hoy en día, dos corrientes diametralmente opuestas están ganando terreno en el mundo de la moda: el minimalismo y el maximalismo.
El minimalismo en joyería es sinónimo de elegancia discreta. Se caracteriza por diseños limpios y delicados, con piezas que suelen ser pequeñas y sutiles. Esta tendencia es perfecta para quienes buscan un look atemporal que complemente su vestimenta sin robar protagonismo. Inspirado en la moda escandinava y el mantra de “menos es más”, el minimalismo se ha convertido en un estándar de buen gusto en el armario moderno.
Por otro lado, el maximalismo es la celebración del exceso. Esta tendencia desafía las normas tradicionales, apostando por piezas grandes, colores vibrantes y combinaciones que capturan todas las miradas. Es la elección ideal para quienes desean hacer una declaración audaz y convertir cualquier atuendo en una obra de arte.
Ambos estilos, aunque opuestos, ofrecen maneras distintas de expresar la individualidad. El minimalismo puede ser la opción perfecta para el día a día, mientras que el maximalismo puede añadir ese toque espectacular en ocasiones especiales. La elección entre estos dos enfoques no solo depende del gusto personal, sino también del estado de ánimo y el mensaje que se quiera transmitir a través de las joyas.
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