CÓMO PROTEGER TUS JOYAS MÁS DELICADAS EN EL JOYERO

Las joyas más delicadas, como anillos con piedras preciosas, collares finos y pulseras de materiales frágiles, requieren un cuidado especial al guardarlas en el joyero. Para mantenerlas en perfecto estado, es importante seguir ciertos pasos y proteger cada pieza de posibles daños.

El primer consejo es separar cada tipo de joya. Las piezas delicadas no deben rozarse entre sí para evitar rayaduras o enredos. Usa compartimentos individuales en tu joyero, preferentemente revestidos en materiales suaves como terciopelo o satén, que amortigüen cualquier golpe o movimiento.

Los collares finos y las cadenas deben colgarse o colocarse en ganchos especiales dentro del joyero. Esto evita que se enreden, lo que puede debilitar su estructura o hacerlas difíciles de desenredar sin romperlas. Asimismo, los anillos y pendientes deben guardarse en almohadillas específicas que mantengan las piezas en su sitio sin deslizamientos.

Para joyas de perlas o con piedras preciosas, evita el contacto con metales que puedan desgastarlas o dañarlas. Estos materiales son sensibles al calor, la humedad y los productos químicos, por lo que es recomendable guardarlas en bolsas individuales de tela suave.

Limpia tus joyas regularmente antes de guardarlas para garantizar su brillo y conservación a lo largo del tiempo. El polvo, la suciedad, el sudor e incluso los aceites naturales de la piel pueden acumularse en la superficie de las joyas, especialmente en las piezas delicadas, afectando su apariencia y durabilidad. Es recomendable limpiar cada pieza con un paño suave y seco, idealmente de microfibra, para eliminar restos de suciedad sin rayar los materiales.